El Cine de los 80: Cine de Alto Concepto
En el cine, como en muchos aspectos culturales de la sociedad, pueden establecerse fechas de inicio y culminación de ciertos momentos y tendencias que definieron eras: el comienzo del cine sonoro en 1927 con “The Jazz Singer”, el fin del Código de Producción de Hollywood 40 años después con el estreno de “Bonnie & Clyde”, etc.
La década de los 80 en el cine comercial estadounidense tiene la particularidad de empezar y culminar con dos filmes muy dispares en temática, pero muy similares en función de los detalles relativos a la pre, pro y post producción de los mismos, los costos involucrados y los resultados generados. Entre ambos, se impuso un tipo de cinematografía que marcaría la década en cuanto a la forma de realización, los mecanismos de comercialización, las estrellas involucradas y la estética de estos 10 años de filmes, resumidos bajo la etiqueta de Cine de Alto Concepto. A continuación veremos los antecedentes, sus características, qué lo llevó a dejar de ser popular y qué efectos trajo en los filmes que se hicieron después.
El New Hollywood se hace Añejo
A nivel de críticos y estudiosos, el período del New Hollywood es, para muchos, la época más fértil e innovadora del cine norteamericano, empezando -como ya citamos- en 1967 con el film “Bonnie & Clyde” de Arthur Penn (si bien algunos ubican el inicio del mismo un año antes con el estreno comercial sin clasificación de censura de “Blow Up” de Michelangelo Antonioni, mostrando frontalmente desnuda a la actriz Jane Birkin), colocando el clavo en el ataúd del sistema de estudios que por 35 años dominó la producción de películas.
Tomando como base la historia real de los asaltantes de bancos de la década de 1920 perseguidos por el FBI, este film establece de entrada lo que serían los leit motifs del New Hollywood: mostrar la violencia en forma directa y sin adornos, protagonistas antihéroes o renegados que bien podrían ser personas comunes (el Popeye Doyle -Gene Hackman- de “The French Connection”) o figuras glamorosas (caso de Faye Dunaway como Bonnie Parker y Warren Beatty como Clyde Barrow), mostrar la realidad o eventos históricos en forma veraz lo más posible (aquí no cabían los musicales de los años 40 y 50 o filmes de fantasía, pero sí las distopías de ciencia-ficción), y relaciones más humanas (incluyendo carnalidad e intimidad).
Desde William Friedkin y Peter Bogdanovich hasta Martin Scorsese y Francis Ford Coppola; desde “Easy Rider” hasta “M*A*S*H”; las grandes obras del cine norteamericano de este período tienen ese sello que conectó con el público, al dejar de ser el medio un mecanismo de escape o evasión para convertirse en un reflejo de la sociedad estadounidense y mundial, marcada por sucesos como la Guerra de Vietnam, el caso Watergate, los atentados con aviones comerciales, la crisis del petróleo de los 70, la Guerra de Yom Kippur, y muchos más.
No obstante la visceralidad y realismo que el cine del New Hollywood representó, muchos espectadores empezaron a sentir una repetición de temas y un leve cansancio del aspecto gris, sombrío y nihilista que los filmes tenían. Como bien lo citó el director Quentin Tarantino en su libro de 2022 “Cinema Speculation”:
En pleno auge del New Hollywood, 3 filmes que salieron en 3 años consecutivos ayudaron a cambiar esa perspectiva; en especial con relación a los protagonistas. En primer lugar en 1975 al estrenarse “Jaws” de Steven Spielberg, donde el personaje Martin Brody, un oficial de policía en un pueblo marítimo de Nueva Inglaterra logra vencer a un tiburón blanco que cobró vidas humanas y desató el pánico. En segundo lugar en 1976 al estrenarse “Rocky” de John G. Avildsen donde el boxeador Rocky Balboa; si bien no gana el campeonato mundial de pesos pesados, a la vista del espectador se convierte en un héroe. Y en tercer lugar en 1977 cuando George Lucas lanza “Star Wars – Episode IV: A New Hope”, en que el protagonista Luke Skywalker -un muchacho sencillo en un planeta distante- conoce La Fuerza, se enfrenta por vez primera a un villano y destruye el arma principal del enemigo. Además de ser las 3 obras éxitos de taquilla, el elemento común entre ellas está en destacar cómo personas comunes y corrientes se enfrentan a situaciones extraordinarias y salen victoriosas; particularmente en el caso del film de Lucas, donde se rescata la figura y el llamado viaje del héroe.
Grande. Bombástico. De Alto Concepto.
Como ya mencionamos, el comienzo del período del Cine de Alto Concepto tuvo lugar con el fracaso comercial y de crítica que tuvo el film de 1980 “Heaven’s Gate” de Michael Cimino (quien había ganado el Oscar a la Mejor Película por “The Deer Hunter”). Con un presupuesto inicial de $11.600 millones; el costo final se ubicó en $44 millones a raíz de excesos y retrasos en la producción, egos elevados y obsesiones con perfección de parte del director, gastos excesivos en locaciones, extras y severos maltratos a animales -incluyendo la muerte de varios caballos que llevó a la vigilancia obligatoria desde entonces (y para todas las películas) de la American Humane Association-. Este fracaso citado llevó a la quiebra total al estudio United Artists, siendo una señal de alarma para el resto de estudios de Hollywood quienes tomaron de inmediato medidas para poner control a directores que se habían excedido en sus ambiciones artísticas. Sobre esto dijo el crítico de The New York Times Vincent Canby: “[Heaven’s Gate] falla por completo que puede pensarse que uno podría sospechar que el Sr. Cimino le vendió su alma al Diablo para que “The Deer Hunter” tuviese éxito y ahora el Diablo regresó para cobrarle”.
El primer estudio en tomar medidas en el acto -a nivel de golpe de estado- fue Paramount Pictures que, si bien en el auge del New Hollywood tenía como jefe de producción del estudio (el que revisa guiones y autoriza las filmaciones) a Robert Evans, éste le daba carta blanca e independencia creativa a los directores. Sobre este hecho diría Francis Ford Coppola:
Este «golpe de estado» como lo mencionó Francis Ford Coppola se inició con una limpieza a todo nivel del estudio. Por ordenes de Charles Bluhdorn, presidente de Gulf + Western (empresa propietaria de Paramount Pictures) se ordenó el despido de Robert Evans para ser sustituido por Barry Diller en la presidencia del estudio, siendo secundado por jóvenes ejecutivos como Michael Eisner, Jeffrey Katzenberg y en especial, Don Simpson. Salvo por el acuerdo que se dio entre el estudio, Steven Spielberg, George Lucas y Lucasfilm Ltd. para la realización y distribución en 1981 del film «Raiders Of The Lost Ark«, toda película que viniese de Paramount tendría que pasar por el control de ejecutivos.
Y era lógico que sucediese. Además de los factores mencionados, el cine se enfrentaba a la competencia por la atención del público de la televisión por cable, de la publicidad audiovisual y en especial, de los video clips y del recién inaugurado MTV Music Television en agosto de 1981 que impuso una estética visual influenciada por el movimiento artístico Memphis y en gran medida, por el cine de épocas pasadas, pero con un lenguaje visual que lo hacía innovador y muy llamativo. En ese sentido, Don Simpson estableció como norma que todo film que se produjese debería tener un concepto sencillo, atractivo y de fácil comprensión que pudiese ser vendido en un comercial de televisión de 30 segundos.
Esto hizo que en Paramount los directores pasaron a ser secundarios, dando protagonismo a los productores; pero aun así, reclutarían a nuevos directores, más jóvenes, con un estilo visual y artístico más cercano al video clip y a la publicidad que a las escuelas de cine de las universidades, y que trabajasen por encargo de los productores, cumpliendo en todo momento con las nuevas normas que el estudio establecía. Lynda Obst (ejecutiva de Paramount) resumiría en palabras el cine de alto concepto de esta forma:
Para 1982 Don Simpson llevaba dos años como jefe de producción en Paramount PIctures, pero debido a una cultura de excesos que involucraba un consumo excesivo de cocaína que lo llevaba a veces a desmayarse en reuniones de ejecutivos, arranques de ira incontrolada e incluso chocar los vehículos de quienes les caía mal, llevó a que Michael Eisner lo despidiera del departamento, pero en lugar de sacarlo del estudio le ofreció un acuerdo de producción que muchos suponían sería un fracaso. Acto seguido, se asocia con un joven productor emergente de nombre Jerry Bruckheimer y deciden producir la tercera película más taquillera de 1983, después de «Star Wars – Episode VI: Return Of The Jedi» y «Terms Of Endearment«: “Flashdance” de Adrian Lyne.
Reglas para Hacer Cine de Alto Concepto.
«Flashdance” dio inicio formal al Cine de Alto Concepto. ¿Y qué hacía a este tipo de filmes ser como eran?
Lo primero: cada película debía comenzar con la secuencia de créditos asociada a un tema pop rock compuesto especialmente para el film -por ejemplo, “Flashdance… What A Feeling” de Irene Cara, “The Heat Is On” de Glenn Frey en “Beverly Hills Cop”, “The Moment Of Truth” de Survivor para “The Karate Kid” o “Just Imagine” de Beth Andersen para “Thief Of Hearts”-. Acto seguido, debía existir un gran evento de alto impacto visual: el agua cayendo sobre la bailarina en “Flashdance” o el vuelo invertido en “Top Gun”. Luego, cerca del final del segundo acto el héroe debe tener una crisis personal que casi siempre involucra la muerte de alguien muy cercano a éste: el deceso de Goose en “Top Gun”, o de Apollo Creed en «Rocky IV«, por ejemplo. Y por último llegamos al momento final de triunfo donde en todos los filmes la imagen se congela mostrando a los protagonistas felices y contentos. Según muchos que trabajaron directamente en los filmes distribuidos por Paramount, estas eran unas reglas establecidas por escrito por el propio Don Simpson.
La intención -a tenor de muchos analistas de cine- es que los filmes de este período tenían el look and feel de los video clips de entonces puestos en secuencia uno tras otro, cada fotograma debía tener ese aspecto como si se transmitieran por MTV Music Television; cada cierto tiempo se mostraba una secuencia de imágenes combinada con otras canciones que formasen parte del soundtrack, con la intención de crear una sinergia máxima que se tradujese en ventas masivas de discos de la banda sonora y en consecuencia que el film se promocionase en el canal de música. Puede que en términos de guión no fuesen la gran cosa («Flashdance» por ejemplo), pero al final terminan siendo películas entretenidas de ver. Eventualmente el resto de los estudios de Hollywood se apegarían a la fórmula impuesta por Paramount: Columbia Pictures con «Ghostbusters» y «The Karate Kid«, Universal con «Back To The Future» y el propio Paramount con «Top Gun«, convirtiéndose el Cine de Alto Concepto en el estándar cultural de la era de los yuppies, Ronald Reagan, Gorbachev y perestroika.
Quien aplicó esta fórmula mejor que nadie fue Tom Cruise. En sus filmes posteriores a «Top Gun» como «The Color Of Money» de Martin Scorsese o «Cocktail» de Roger Donaldson, se cumplen una serie de 9 reglas que en su momento sintetizó el crítico Roger Ebert, las cuales son:
- El Personaje Cruise: casi siempre un joven talentoso que solo necesita domar su carácter para ser exitoso.
- El Mentor: alguien mayor que sirve de maestro y que puede ser una buena o mala influencia, dependiendo del desarrollo de la trama; alguien que ya ha vivido bastante y que reconoce el talento del personaje Cruise, aunque su espíritu libre complique el camino al éxito.
- La Mujer Superior: por lo general es ligeramente mayor o tiene un grado profesional, pero sin duda es más madura que el personaje Cruise, y que también sirve como mentora para guiarlo en la vida mientras que el mentor masculino es el guía para desarrollar sus habilidades.
- La Habilidad: es esa cosa que hace al personaje Cruise sobresalir del resto de mortales y que debe desarrollar al máximo.
- La Arena: el escenario donde se verá el talento y el personaje Cruise será sometido a prueba.
- La Arcana: el lugar (academia o escuela) donde existe el conocimiento y donde el personaje debe pulir sus habilidades innatas, y que incluso el espectador termina aprendiendo.
- El Viaje: el recorrido que debe hacer el personaje Cruise al sitio o Arcana donde los maestros someten a prueba a los aspirantes.
- El Proto Enemigo: el malo de la película que se define desde el comienzo y que sirve de contraparte al protagonista Cruise para que practique sus habilidades. Al principio son rivales, pero al suceder una suerte de bautismo de fuego, ambos personajes aprenden a aceptarse y hasta ser amigos.
- El Eventual Enemigo: el verdadero malo de la película quien en el último instante somete al personaje Cruise a demostrar sus habilidades, su aprendizaje, y su valía como ser humano.
Luego de 1990, Cruise no aplicaría estas 9 reglas en filmes como «Born On The Fourth Of July» de Oliver Stone, «Magnolia» de Paul Thomas Anderson o «Eyes Wide Shut» de Stanley Kubrick, pero sí de vez en cuando volvería a este esquema, como en la primera de la franquicia de «Mission: Impossible» dirigida por Brian De Palma.
Comienzan los Días de Trueno.
Para el final de la década de los 80, las producciones de Don Simpson y Jerry Bruckheimer habían obtenido resultados asombrosos: 10 nominaciones y 2 premios Oscars, 14 canciones de sus filmes que llegaron al Top 10 de éxitos, 4 bandas sonoras que alcanzaron el número 1 de los discos más vendidos, 4 canciones en el número 1 de la revista Billboard, 4 discos multiplatino en ventas y 4 video clips en el número 1 de los rankings de MTV Music Television.
Estas evidencias fueron motivo suficiente para que Paramount Pictures publicara un aviso a página completa en la revista Variety el 1 de febrero de 1990, donde anunciaban con bombos y platillos que Simpson y Bruckheimer firmaron con el estudio un contrato y acuerdo de sociedad de $300 millones por 5 años para hacer 5 películas que ellos quisieran a razón de 1 por año, con absoluta y total libertad para tener control creativo, sin necesitar aprobación del estudio para guiones o presupuestos, así como elegir los repartos y los actores que quisieran. Ciertamente el panorama era exactamente igual al que se daba en los tiempos del New Hollywood, solo que en lugar de ser los directores eran los productores los dueños del negocio.
“Days Of Thunder” se inicia con una idea de Tom Cruise de cambiar de escenario; de los cazas y persecuciones aéreas en “Top Gun” a los vehículos y carreras NASCAR, tomando como inspiración la vida del corredor Dick Trickle. Este film es el único crédito público que tiene Tom como guionista en conjunto con Robert Towne, quien ganó el Oscar en 1974 al Mejor Guión Original por el film “Chinatown” de Roman Polanski. Para “Days Of Thunder” Tom trajo la idea mientras que Towne hizo el borrador final, y para sumar fuerzas Tony Scott regresó a la silla del director. La idea era un tiro al piso: el elenco que hizo a “Top Gun” la película más taquillera de 1986 iba a repetir la fórmula del éxito, y los números no dejaban lugar a dudas: de un presupuesto de $ 19 millones (ligeramente por encima del presupuesto estándar de los filmes de entonces) termina recaudando a nivel mundial más de $ 356 millones. En el caso de “Days Of Thunder” el presupuesto inicial era de $40 millones, que al final se disparó hasta llegar a un costo de $70 millones, 3 y 1/2 veces más de lo que costó «Top Gun«. ¿Habían efectos especiales únicos que valiesen aumentar el presupuesto? ¿O se iría a construir una replica de un barco a escala real dentro de un tanque de agua, a la manera de «Titanic» de James Cameron? No. En «Days Of Thunder» sólo hay tomas en interiores y espacios exteriores, además de encuadres visuales de carreras de autos NASCAR; más nada.
Desde el comienzo y durante toda la filmación, fue un choque de egos constante, como lo citó la periodista Celia Brady en la revista SPY en 1990:
Pero además de los choques de egos que se produjeron, Simpson se aseguró que el set fuese una fiesta continua, al punto de contratar a dos asistentes de producción que debían garantizar un suministro constante de cocaína. ¿Por qué 2? En caso que uno no pudiese conseguir drogas, el respaldo lo cubriría; aparte, ambos debían localizar mujeres atractivas en las playas locales de Daytona Beach, Florida, donde se encontraba el set e invitarlas a fiestas privadas en las discotecas de la ciudad donde Simpson las daba todas las noches sin pausa, a veces con la presencia de rapperos como Tone Lóc y bartenders sirviendo cantidades masivas de alcohol. Tal era la bacanal, que Simpson tenía un closet en la oficina de producción con trajes de Donna Karan que regalaba a todas aquellas que tenían sexo con él. No conformes con lo anterior, Simpson y Bruckheimer gastaron $1 millón del presupuesto en construir un gimnasio privado que tenía un anuncio de neón gigante con el nombre Days Of Thunder que podía verse desde la playa.
El propósito del gimnasio era doble: atraer mujeres y mantener a Don Simpson en forma para su actuación en el film. En este punto Simpson no quería ser visto como el visionario detrás de las cámaras sino también como una estrella de cine, quien un par de años atrás trató sin éxito de tener un pequeño papel en el film “Beaches”, pero ahora que era el productor quería tener un personaje escrito expresamente para él, mismo que aparece 2 minutos después en la presentación del film como el corredor de NASCAR Aldo Benedetti. En principio este personaje tenía más participación y diálogos, pero al final se redujo a un solo parlamento y a un puñado de tomas. De acuerdo con el coeditor Billy Weber, fue el propio Tom Cruise quien ordenó que las escenas de Simpson fuesen editadas o eliminadas.
“Days Of Thunder” se atiene perfectamente a la fórmula y estructura del Cine de Alto Concepto: Cruise interpreta a un piloto arrogante y confiado que maneja máquinas poderosas, se enfrenta a un rival experimentado en la arena de las carreras que al final se convierte en su amigo, a mitad de película sucede un accidente que sacude al personaje de Cruise en su confianza y destreza, y finalmente en el tercer acto supera todos los obstáculos demostrando que es el mejor. No obstante, el film se desvía ligeramente de la fórmula ganadora. A nivel de trama es más enrevesada que “Top Gun”; el piloto estrella decide cambiar de vehículo y busca ayuda en un fabricante de autos retirado (interpretado por Robert Duvall, quien por estar comprometido con este film no pudo repetir su papel de Tom Hagen para “The Godfather Part III” de Francis Ford Coppola), quien pasa por un proceso de evitar ser enjuiciado por un caso sucedido un año antes donde hubo una baja humana. Otra diferencia está en la relación amorosa con la coprotagonista: en “Top Gun” Tom Cruise y Kelly McGillis tienen breves encuentros hasta que el amor se consuma a ritmo del tema “Take My Breath Away” de Berlin, todo esto como un elemento protagonista de la trama; en cambio en “Days Of Thunder” el amor es más un efecto residual que se da luego de 2 escenas introductorias. Sin embargo, el verdadero efecto residual es que después del filmar la película Tom Cruise y Nicole Kidman se convierten en esposos en una relación que duró toda la década.
Otro factor que separa a “Days Of Thunder” del Cine de Alto Concepto es la ausencia de un soundtrack. En este film la música incidental corre a cargo de Hans Zimmer, pero no hay canciones de pop rock como en “Top Gun” o composiciones visuales de la trama a la manera de un video clip junto a una banda sonora o una canción original. No suenan por ninguna parte Kenny Loggins, o Berlin, o Irene Cara. Por ello se siente que la intención es hacer un film más serio, menos pop. Sobre esto diría en ese entonces el director Tony Scott para la revista Newsweek:
Ciertamente aquí no habían montajes visuales llamativos con protagonistas atractivos besándose, o jugando volleyball o haciendo el amor mientras suenan canciones de moda; no. Lo que sí está garantizado en “Days Of Thunder” es el final con la imagen congelada de Tom Cruise y Robert Duvall corriendo hacia la cámara. Algo que sí se vería es un claro posicionamiento de productos antes que el director Michael Bay lo impusiera como dogma, y la intención de que el film fuese visto como uno artístico, así como ser apreciados como productores serios; por ello no habrían momentos a lo MTV Music Television, Don Simpson sería visto también como un actor serio y junto con Jerry Bruckheimer derrotar en la taquilla a quienes se habían convertido en sus rivales luego de haberse ido de Paramount a Disney para dirigir el estudio: Jeffrey Katzenberg y Michael Eisner.
No es de extrañar que «Days Of Thunder» se convirtiese en un fracaso.
Los Días de Trueno han Terminado.
Desde que se inició el rodaje de «Days Of Thunder» Don Simpson y Jerry Bruckheimer querían ser vistos como verdaderos autores cinematográficos, mientras que Tony Scott sería el artífice de que todo se viese de forma correcta. Pero en realidad este film sería el comienzo de un tema recurrente en su filmografía posterior: la relación entre el estudiante protagonista y el mentor que sería en cierta forma una figura paternal (del mismo modo que sucedía en la realidad entre Tony y su hermano mayor Ridley). Esto se vería en obras como «Crimson Tide«, «Enemy Of The State«, «Spy Game«, «Man On Fire«, «Domino» y «Unstoppable«, su último film.
«Days Of Thunder» empezó su rodaje con una primera fecha de estreno (mayo de 1990), pero sin un guión listo; mismo que sería escrito y reescrito durante toda la filmación, mientras la fecha se cambiaba 3 veces hasta dar con la definitiva (miércoles 27 de junio de 1990). En sus primeros 5 días recaudó $21.502.162 en 2.307 salas de cine de Estados Unidos y Canadá. Eventualmente recaudaría $157.920.733 que no es para nada una mala cifra, pero no es lo que Paramount Pictures esperaba de Simpson y Bruckheimer, siendo al final del año una baja taquilla comparada con producciones más baratas en costo, pero que se convirtieron en las más taquilleras como «Home Alone«, «Ghost» o «Pretty Woman» que recaudaron $476.684.675, $505.702.588 y $463.406.268, respectivamente.
Tal fue el fracaso de «Days Of Thunder» que a final de 1990 Paramount Pictures anunció que terminaba su contrato de exclusividad con Don Simpson y Jerry Bruckheimer; según el estudio, de mutuo acuerdo.
La razón oficial fue, y citamos: «el ambiente para la producción de películas ha cambiado«, pero de acuerdo con fuentes internas, la relación se agrió por dos motivos: los excesos en el presupuesto y el pobre desempeño en taquilla de «Days Of Thunder«, y el fracaso de parte de ambos productores en desarrollar proyectos interesantes en años recientes. Visto en perspectiva, el film tiene valores de producción destacados como una fotografía impecable, actores de reparto competentes y un trabajo de dirección bien logrado, pero la realidad es que no es una buena película en su totalidad, y en 1990 no fue bien recibida por el público.
Cuando en 1995 Don Simpson y Jerry Bruckheimer se reunieron de nuevo con Tony Scott para realizar «Crimson Tide«, fue todo lo opuesto a como fue en «Days Of Thunder«; los productores dejaron al director hacer su trabajo, sin duda, uno de los mejores filmes de su carrera. Igual situación se presentó cuando ese mismo año dejaron a Michael Bay debutar como director de cine de acción en «Bad Boys«, uno de los filmes más taquilleros de ese año que dio inicio a una franquicia que ya lleva 3 secuelas. Para finales de 1995, Jerry Bruckheimer anuncia que se separa de su asociación con Don Simpson, luego de 13 años de trabajo en conjunto.
6 meses después Don Simpson fallece de un ataque cardíaco.
El Cine de Alto Concepto Toca Tierra.
En 1991 ningún estudio de cine en Hollywood hacía Cine de Alto Concepto. Las películas taquilleras de los años que vinieron de inmediato eran más sobre personas ordinarias y un sentido humanitario colectivo, algo que podía verse en «Jurassic Park» de Steven Spielberg, «Independence Day» de Roland Emmerich y Dean Devlin, «The Fugitive» de Andrew Davies, «Titanic» de James Cameron o «Forrest Gump» de Robert Zemeckis. Esta fue una tendencia que el propio Jerry Bruckheimer aplicaría en los filmes que produjo después de separarse de Don Simpson; por ejemplo, «Armageddon» de 1998 sobre obreros que son contratados para salvar el mundo de una lluvia de asteroides.
Algo innegable es que el cine norteamericano no volvió a los tiempos del New Hollywood de los 70, pero sí permitió que nuevos talentos surgidos del cine independiente tomaran protagonismo en la cinematografía anglosajona. Estos fueron los años iniciales de talentos como Joel e Ethan Cohen, Quentin Tarantino, John Singleton o Gus Van Sant. Pero además, 1 año antes del estreno de «Days Of Thunder«, se produjo el mayor cambio en el cine comercial estadounidense, con el estreno en 1989 de un film que tendría un impacto monumental tanto en la taquilla como en la comercialización de las películas. No vino de parte de Paramount PIctures, sino de Warner Bros., y este film fue:
«Batman» no solo se convirtió en el film más taquillero de 1989 sino que también dio inicio en estos tiempos modernos al uso en el cine de una propiedad intelectual o IP para su comercialización y además, sentaría las bases para el panorama de los años 2000 dominado por el cine de superhéroes, tipo «X-Men«, «Spider-Man«, «Iron Man» o «Avengers«.
Epílogo.
En exactamente 10 años, el cine norteamericano pasó de ser dominado por los directores a ser controlado por los productores, para tiempo después perder ellos también el control. Resulta curioso que en ambos casos los excesos fueron en definitiva los que llevaron a la debacle de unos y otros: en un lado el director Michael Cimino; en el otro, los productores Don Simpson y Jerry Bruckheimer. En 1980, «Heaven’s Gate» llevó a la quiebra a United Artists; en 1990, «Days Of Thunder» llevó al fin del Cine de Alto Concepto.
Pero no todo fue banal o escaso de valor. Todo lo contrario, este tipo de producciones acercó al público a los personajes y sus tramas exaltaban que cualquier persona podía lograr cosas extraordinarias, que no todo tenía que ser depresivo y que estaba bien que el cine fuese un reflejo de la sociedad, pero que era muy aceptable evadirse, soñar frente a una pantalla de cine que éramos Marty McFly, Rocky Balboa, Alex Owens o Pete «Maverick» Mitchell.
Al final, todos podemos salir victoriosos y quedarnos con la protagonista.